Tres semanas de continuas manifestaciones y bloqueos de carreteras para protestar por los altos costos de combustibles y alimentos en Panamá han comenzado a provocar escasez de algunos productos alimenticios, combustibles y medicamentos.
Los cierres, incluido el de la Carretera Panamericana, han obligado a la empresa eléctrica nacional a racionar la electricidad en la provincia de Darién, fronteriza con Colombia. Los camiones cisterna que transportan gas para hacer funcionar la planta no pueden llegar. Unas 7.000 familias se han visto afectadas por la reducción del servicio eléctrico a 11 horas diarias.
En el principal mercado mayorista que abastece tanto a los supermercados como a los consumidores individuales, hubo poco tráfico peatonal el miércoles. Las mesas de exhibición generalmente repletas de productos tenían mucho menos que ofrecer. Algunas verduras como la lechuga y los tomates, escaseaban.
La provincia de Chiriquí es el principal proveedor de productos agrícolas. Los indígenas Ngobe-Buglé que viven allí han bloqueado importantes tramos de la Carretera Panamericana, deteniendo camiones que intentan llevar productos agrícolas a la capital. Los bloqueos también están afectando los envíos provenientes de otras partes de Centroamérica.
Los grupos que representan a los productores agrícolas han dicho que las protestas han causado pérdidas por más de 130 millones de dólares hasta el momento.
Kevin Vigil, director del mercado mayorista conocido como Merca Panamá, dijo que la situación había mejorado un poco. Los manifestantes habían despejado algunos tranques en la carretera Panamericana y esperaba un convoy de 30 camiones cargados con alimentos de Chiriquí.
“A medida que ingresa la carga, los puestos se reabastecen, eso es lo que estamos tratando de hacer hoy, tener un 80% de inventario”, dijo.
El oxígeno también había escaseado en los hospitales de Chiriquí, pero el Ministerio de Salud dijo que la empresa responsable de suministrarlo tenía inventario en su almacén en la capital provincial y pudo reabastecer los hospitales.
Se rompió el acuerdo
El movimiento magisterial que lidera las protestas por el alto costo de la vida en Panamá anuló el lunes un acuerdo suscrito con el gobierno para poner fin a una huelga de más de dos semanas y buscar una salida a las movilizaciones.
El acuerdo había establecido la reapertura de los tramos obstruidos en la carretera Panamericana, así como un precio fijo para la gasolina.
El líder de la Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado, Luis Sánchez, aseguró que firmó el acuerdo bajo presión y que dicho compromiso fue rechazado por las bases de su gremio.
Sánchez señaló que anularon el compromiso porque no abundó en otros dos puntos que tenían que ver con sus reclamos: la disminución del precio de los alimentos y de las medicinas.
El gobierno y la alianza -que además de educadores también aglutina a sectores agrícolas y pescadores artesanales- suscribieron la noche del domingo un acta de compromiso que establecía, entre otros puntos, un precio temporal tope de 3,25 dólares para el galón de gasolina
La alianza, por su parte, se comprometía a levantar de inmediato los cierres de vías en la capital y fuera del país que estaban causando desabastecimiento y reanudar las clases suspendidas.
Desde hace más dos semanas el país registra múltiples manifestaciones y cortes de carreteras para exigir al gobierno de Laurentino Cortizo que intervenga y baje los precios de los combustibles, alimentos y medicinas.
Debido a las protestas, el gobierno se vio obligado a rebajar y congelar el precio de la gasolina, que pasó de 5,17 dólares el galón (3,78 litros) a 3,95, y de una decena de alimentos.
Panamá experimenta una de las mayores crisis sociales desde que en 1989 cayó la dictadura militar del general Manuel Antonio Noriega tras la invasión estadounidense.
El descontento se produce en un escenario con 4,2% de inflación interanual registrado en mayo, una tasa de desempleo en torno al 10% y un aumento en el precio del combustible que, desde inicios del año, llegó a ser del 47%.